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Yo me pondré, a vivir en cada rosa
y en cada lirio que tus ojos miren
y en todo trino cantaré tu nombre
para que no me olvi-i-des
para que no me olvi-i-des
Si al contemplar, mirando las estrellas
se te llena, el alma de imposibles
es que mi soledad viene a besarte
para que no me olvi-i-des
para que no me olvi-i-des
(Yo pintaré) de rosa el horizonte
y pintaré de azul los alelíes
(y llenaré) de luna tus cabellos
para que no me olvi-i-des
para que no me olvi-i-des.
Si un día dormida caminas dulcemente por un mundo de diáfanos jardines, piensa en mi corazón, que por ti sueña,
para que no me olvides.
Y si una tarde, y en un andar lejano,
de otra mano tomada te bendicen,
cuando te pongan el anillo de oro,
mi alma será una lágrima invisible
en los ojos de Cristo moribundo
para que no me olvides.
Yo pintaré de rosa el horizonte
y pintaré de azul los alelíes
y llenaré de luna tus cabellos
para que no me olvi-i-des
para que no me olvi-i-des
(para que no me olvi-i-des)
Para que no me olvides nunca
(para que no me olvi-i-des)
Para que tu nunca me olvides mi amor, nunca...
(para que no me olvi-i-des)
(para que no me olvi-i-des)
Fin.